En el día de hoy, se cumplen 195 años de la fundación del Correo Uruguayo, el cual se instaló en Durazno. El 21 de diciembre de 1827 por un decreto, se nombra a Luis de la Robla como Administrador General de Correos de la Provincia. Los encargados de poner en conocimiento de dicho decreto al General en Jefe del Ejército Juan Antonio Lavalleja, son Luis Eduardo Pérez (Gobernador de la Provincia Oriental) y Pedro Lenguas.
Inmediatamente, 3 semanas después, el 11 de enero de 1828, se aprueba el "Reglamento Provisional para las Postas de la Provincia":
 |
| Figura 1 |
Este Reglamento de la Figura 1 es muy interesante, ya que nos informa sobre la organización de nuestro Correo en sus comienzos. En particular, el documento que se muestra, está firmado por Luis de la Robla, Luis Eduardo Pérez y Pedro Lenguas.
 |
| Reverso de la Figura 1 |
En el reverso, está escrito: "Para el Administrador de Correos de Sandú". Sandú es la denominación que en esos años, tenía el actual Paysandú. Esto nos indica, que seguramente unos pocos documentos se firmaron, para ser entregados directamente a los Administradores de Correos de las ciudades de la época.
Con posterioridad, se imprime el mismo Reglamento pero con algunas características distintas.
 |
| Figura 2 |
Se puede ver, que las diferencias con el anterior de la Figura 1, son las siguientes:
1) Distinta tipografía.
2) En el encabezado dice "de la República Oriental", en lugar de "de la Provincia".
3) El nombre Luis de la Robla, al pie, se encuentra impreso.
4) No está firmado.
5) En el reverso no tiene escrito el destinatario.
Por lo tanto, consideramos que este documento de la Figura 2, fue impreso posteriormente, posiblemente luego de la Convención Preliminar de Paz del 25 de agosto de 1825, ya que fue cambiado "Provincia" por "República Oriental". No está firmado, entonces consideramos que fue impreso para repartir a comerciantes, usuarios del Correo en general y ser además, colocados en las carteleras de las distintas estafetas para que pueda ser leído por todos los interesados. De estos "avisos" sin firmar se conocen algunos ejemplares, sin embargo, el de la Figura 1, es el único que conocemos hasta el día de hoy.
